Alguna vez se han preguntado ¿cuáles podrían ser los efectos mentales de la circuncisión? Hoy hablaremos sobre el complejo de la circuncisión, pues los hombres intactos podrían suponer que es una cuestión 100% anatómica y que da igual tener o no tener prepucio. ¡Pues claro, ellos jamás han sentido la diferencia!
El prepucio contiene cerca del 75% de la sensibilidad del pene. Está densamente poblado por receptores y compromete a una gran parte del cerebro. Su extirpación libera al cerebro de un gran potencial y desencadena una reorganización cortical, transformando las funciones de la mente de forma significativa.
La masturbación en el complejo de la circuncisión
Sin duda la masturbación ha jugado un papel muy importante en la evolución de la humanidad, pues ha permitido enriquecer la sensibilidad de la mano y de los genitales, y –si se permite el juego de palabras–, echó una «mano» en el proceso de desarrollo del cerebro. De este modo la autosatisfacción sexual, lleva a la coevolución del razonamiento y la sexualidad, y por medio del autoerotismo se logra el refinamiento de la sensibilidad.
La supresión de la gratificación sexual natural conduce a diversos tipos de gratificaciones sustitutorias». -Wilhelm Reich
La circuncisión elimina gran parte de la sensibilidad sexual. Causa un vacío informacional en la percepción del placer. La entrada sensorial insuficiente provoca una disposición hacia la idealización, es decir, a creer sentir, sin sentir.
Por supuesto tales esfuerzos pueden ser muy positivos para el individuo y para la sociedad, pero hay profundas implicaciones inherentes a la eliminación de la sensibilidad y el alejamiento de la realidad sensorial. La circuncisión aparta a la mente de su curso natural y la encauza hacia generalizaciones reduccionistas que sustituyen el placer perdido. El complejo de la circuncisión refuerza las distinciones y las fronteras identitarias de los grupos circuncidados: suprimiendo la sensibilidad sexual, la circuncisión impide la evolución humana en cuanto a que ésta última se correlaciona con el desarrollo natural del cerebro.
La circuncisión sustrae la parte más carnal de la sensualidad y la sublima en otras actividades. La redirección de los impulsos sexuales inevitablemente tiene efectos diversos en la mentalidad. El complejo de la circuncisión por tanto redirige energía sexual poderosa. Sus mecanismos intelectuales compensatorios sustituyen el placer y son de naturaleza obsesiva. Por eso la circuncisión ha tendido a facilitar los niveles de devoción religiosa que han demostrado ser fundamentales en las religiones abrahámicas que la imponen. Mediante la eliminación de niveles significativos de placer sexual de los individuos, la circuncisión sirve para fortalecer las bases de las iglesias y sociedades que la exigen.
Una naturaleza cultivada es una naturaleza reprimida. El complejo de la circuncisión conceptualiza el placer, redirige poderosos impulsos sexuales y crea frustraciones sexuales; difunde estos deseos sexuales insaciables, a través de la mente y simula la satisfacción transformándola en conceptos creíbles. Turba el espíritu y genera pasiones mentales implacables. Hace de las personas seres inquietos, inseguros, introvertidos, inferidores, conjeturadores, alienados, tímidos, serviles, dependientes, aprensivos, temerosos de Dios, devotos, idealizadores, piadosos, penetrantes, hiperintelectuales, hiperproductivos e hipercelosos en sus búsquedas, pero jamás satisfechos con los resultados.
Fuente: The Circumcision Complex
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