La mayoría de los hombres, a pesar de gozar pleno uso de sus facultades mentales, muchas veces ignoran por completo el funcionamiento de su organismo; y peor aún, nuestra sociedad ignorante nos ha introyectado la idea de que los genitales tanto masculinos como femeninos, son temas de los que nunca se debe de hablar, fomentando mucho desconocimiento al respecto, que posteriormente puede tener consecuencias sobre la higiene, la salud, la vida sexual o la fertilidad. Conocer la anatomía del prepucio y del pene deberá ser el punto de partida para cualquier hombre al que lamentablemente le practicaron la circuncisión sin fundamentos médicos, y que está interesado en recuperar aquello que le fue arrebatado sin su consentimiento.
¿Cuántas veces no hemos escuchado que el prepucio es un pedacito de piel? Hace muchos años, cuando era pequeño me enteré que a mi mejor amigo le iban a hacer la circuncisión, sin embargo, yo no tenía idea qué era eso, por lo que le pregunté a mi madre y ella simplemente me contestó que era una cirugía en la que «te quitaban un pedacito de piel que algunos niños tenían en la punta del pene«. Astuta mi madre al habérmelo dicho de esa manera, pues así no tendría que explicarme la razón por la que a mi me habían hecho la circuncisión desde que nací. Hasta la fecha sigo sin saberlo, pero pronto se lo preguntaré. En esta publicación se describirá la anatomía del prepucio y del pene, con la intención de desmitificar que el prepucio es simplemente un pedacito de piel, demostrar que sí tiene varias funciones y que sirva como base para comprender las razones por las que un hombre circuncidado quiere recuperar su prepucio.
El prepucio en imágenes
Anatomía básica
Anatomía del prepucio hacia el interior
Si al pene de la imagen de la izquierda se le hiciera la circucisión, este quedaría con el glande completamente desprotegido y con la piel interna en contacto directo con la piel externa. Si prestamos atención a la consistencia rugosa que presenta el tramo de piel que se muestra entre el límite de la piel externa y la piel dentro de la zona de transición, se puede asumir que esa porción de piel todavía se podría seguir expandiendo por lo menos un pulgar adicional a donde se encuentra dicho límite.
Esto demuestra cuánto tejido del prepucio es mutilado durante la circuncisión: la distancia que abarca desde el borde de la piel externa hasta el anillo prepucial corresponde a casi el 30% del total de los tejidos que recubren al pene y si a eso le sumamos la cantidad de piel interna que se arremolina en el anillo y que no se encuentra completamente expandida, eso puede alcanzar a sumar hasta el 80% de la piel que recubre al pene en muchos hombres. La circuncisión no es simplemente «cortar un pellejito del pene».
La imagen que se muestra a la izquierda describe lo que es el anillo prepucial. Se puede notar claramente como ese tramo de piel posee la capacidad de contraerse, dándole la apariencia de estar más apretado en ese borde que en el resto del pene. Las células que conforman a este
lo suficiente o que la lengua salga más allá de lo permisible. Ahora se sabe que en el frenillo se concentran más terminaciones nerviosas y sensoriales que en el resto del glande. Durante la circuncisión, el frenillo y todas esas conexiones sensoriales también son retirados parcial o totalmente.
En la imagen de abajo se observa como el prepucio mantiene humectado al glande, lo cual se puede apreciar por el brillo y textura que presenta. A diferencia de un pene circuncidado, el glande se observa seco, agrietado y queratinizado.
Durante una erección, el pene se llena de sangre a través de una arteria que se localiza en el interior, cercano al eje del tronco. Asimismo, cuando termina la erección, la sangre escapa a través de una red de venas interconectadas que se distribuyen sobre los límites exteriores de los cuerpos cavernosos, cercanas a la piel y que muchas veces pueden apreciarse a simple vista, incluso con el pene flácido. Cuando se realiza la circuncisión en adolescentes y adultos, el procedimiento puede poner en riesgo la vida del paciente por la alta vascularidad que se tiene en un pene ya desarrollado.
Esto demuestra que el prepucio es mucho más que un simple pedacito de piel. Es una parte fundamental del sistema reproductor del hombre, pues se encarga de proteger al glande, el cual puede considerarse como un órgano interno que se encuentra protegido por una capa externa, que además le mantiene humectado y aislado de agentes externos que pueden contrarrestar la función reproductiva. De la misma manera que las lagrimas hacen la labor de limpieza y humectación de los ojos, el prepucio también segrega un fluido que mantiene libre de polvo y humectado al pene. El prepucio además concentra la mayor cantidad de terminaciones sensoriales que se relacionan directamente con la capacidad de experimentar placer y llegar al orgasmo durante el sexo, además de que facilita el vaivén de la penetración gracias al efecto de deslizamiento que se ejerce entre el prepucio y el pene, a diferencia de la constante fricción que genera un pene circuncidado contra las paredes vaginales o anales, ocasionando dolor, sagrado y desgarres a la pareja.
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